lunes, 20 de noviembre de 2017

No pregunte

No digas nada. Prefiero seguir así, anónima y sin pasado.

01

Mis piernas se anudan a un cuerpo tibio,
camino con mis dedos sobre una piel espacial,
minada de lunares
terciopelo blanco
una boca abre túneles en mi
piel
deseo carnal
sus dedos se clavan en mi
carne
desnudame
anudame
 me desgarra
Afuera llueve
adentro ardo
tiemblo
grito
el orgasmo
florecer
despertar
renacer

jueves, 9 de noviembre de 2017

Intento fallido nº10

-No merezco que me trates así, no me merezco que vengas acá a darme besos, desnudarme y cuando estoy dormida me claves tus puñales. No merezco este nudo en la garganta ni este sabor amargo a desilusión. No merezco esto... o mejor dicho, no te mereces esto, no me mereces, no te voy a dar el gusto.
Del otro lado sonó una risa y un simple, seco y vacío "Fue un gusto, que sigas bien". Un portazo telefónico y un balde lleno de realidad, otro príncipe histérico que no soportó la libertad. Rápidamente corrió las cortinas y miró el cielo, que ahí seguía, con un montón de agujeros negros. Un poco de teatro, porque el drama es el mejor vestido le queda, un borrar su nombre de la agenda y un nuevo nombre en la lista de aventuras truncas,besos podridos y flores de plástico.
Sin dolor.

jueves, 12 de octubre de 2017

Advertencia

Si usted no está seguro, por favor no abra esa puerta porque puede romper todo lo que se esconde detrás de ella.

Nude

Siento como tus dedos se clavan en mi carne
tus moléculas se funden con las mías
somos agua, somos vapor
pobre vida, la mentira
amor de un rato, es verdad?
sin dolor
me moldeo, me anudas
te desnudas, te acostas
respiracion y olor a goce
la fantasía y el juego
el peligro de saber leernos
el alivio de saber perdernos
ya te vas?
No vuelvas más.

martes, 12 de septiembre de 2017

Volver

Hoy encontré una pequeña cajita dorada donde en algún momento del huracán escondí mis restos sanos. Me encontré en pequeños pedazos de lo que fuí y una dulce melancolía me invadió en el pecho. Encontré mi piel sana y sin cicatrices, encontré mi sonrisa favorita y el pelo oscuro como la noche, encontré la mirada dulce que me invitó a andar el mundo, mis dulces palabras que solía ordenar de manera estratégica para armar un viaje desde mi casa.
Me encontré y me extrañé. Los pedazos no bastan para armarme, pero al menos pude colocarlos en el lugar indicado y sentir que era el momento de retomar un poco eso que hace algunos años, por algún dolor, decidí ocultar para resguardar de toda mi oscuridad.
Lo sano es volver, por los caminos que supimos andar.
Probablemente, hoy emprenda mi nuevo viaje.

jueves, 16 de marzo de 2017

Otoño al fin

Abrí la puerta y ahí estaba, de pie con una sonrisa gigante, un cuaderno lleno de dibujos en la mano, una mochila con botellas de cervezas y los bolsillos llenos de flores. Me saludó con un beso violento y mi nariz respiró su perfume y su olor a universo, su aspecto siempre desalineado con los ojos llenos de misterio y los labios con sabor a vida. Era otoño al fin y todo estaba dado para que sea una noche llena de filosofia y charlas eternas.
Nos tiramos en el sillón y pronto comenzó el relato de algo que habia visto desde la ventana del tren, yo le hable de una música que escuche en el subte y que me hizo llorar, y así nuestra ceremonia, nuestro ritual. Las luces intermitentes que colgaban de la pared le daban un aspecto raro, el humo había invadido el living, el tiempo ya no existía y la oscuridad nocturna era una bruma densa que se comía el resto de la ciudad que posaba en la ventana. 
Eramos dos extraños conocidos que viajábamos por diversos planos, otros mundos, otros seres. Algo había en toda esa magia, el no querer cerrar los ojos y no parar de sentir ese momento. Nuestras vidas era siempre así, encontrarnos después de nuestras rutinas acartonadas y llenarnos de ideas, de historias, de relatos sobre lo que tal vez a los ojos de otros solo era la vulgaridad de la vida ajena pero, siempre encontrábamos lo maravilloso del mundo.
Y así, terminábamos acorrucados, recibiendo el sol y durmiendo entre las ruinas del día anterior. Perdiendo sus manos en mi mar de rulos y clavando mis rodillas en la palida carne de su cuerpo desnudo. 
La felicidad y la vida, pasando una vez más en escondite de los mortales. 

sábado, 11 de marzo de 2017

Relatos desde la mudez

No puedo arreglar las ideas, no encuentro palabras que logren tender un puente entre esta isla desierta en la que habito y ese paraíso al que siempre íbamos a jugar. El papel en blanco termina siendo un campo minado de palabras que se pierden en el desorden de mis sentimientos y oraciones tachadas, mutadas en sombras de tintas negras furiosas.
Ya no puedo ingresar en el espacio de mis mundos, no logro volar por los cielos que antes me liberaban, me llenaban de colores y sentido. Estoy atada de pies y manos en un mundo blanco y negro. Estoy asfixiándome y no puedo gritar.