domingo, 26 de abril de 2015

Aunque ya no te espero

Recuerdo perfectamente la ultima noche que viniste a mi casa. Me acuerdo que, para amortiguar tu ausencia me metí en la cama, me quede dormida y desperte con el celular que gritaba sin parar. Me llamabas, estabas en la puerta. Todos mis malos pronósticos hicieron agua, te tenia en la puerta de mi casa esperando a que te abra, que te deje pasar. Me levanté de un salto, me puse lo más linda que pude, me olvide de peinarme y me había quedado pasta dental en el cachete.
Quería impresionarte, quería que te quedes conmigo para siempre. Fui a la puerta y trate de que no notaras que había estado durmiendo, ni bien me besaste me preguntaste porque no te espere despierta; puse una excusa estúpida, no quería confesarte que todo el tiempo esperaba que me rompieses el corazón. Desde que pusiste un pie dentro de mi departamento, no pude salir de tus ojos, habían pasado días desde la última vez que nos habíamos visto, y era insoportable las ganas de besarte que tenia. Estabas verborragico, destapase una cerveza y te acomodaste en mi sillón. Ibas al patio, prendías un cigarrillo, te quedabas callado, volvías, me quedaba perdida en tu boca, me mirabas con esa mirada picara, nos quedábamos mudos, destapábamos otra cerveza. Hablamos, hablamos como si hubiéramos sabido que esa iba a ser la última vez que nos ibamos a ver. Todo el tiempo tenía ganas locas de abrazarte, de besarte, de que nos quedáramos así para siempre... con vos quería que sea para siempre.
Amaneció, seguíamos hablando como dos quinceañeros. Fui hasta la cocina y me escondí tras la puerta, y me quedé espiándote, estudiando tu cara de distraído. Notaste mi escondite y viniste corriendo, me atrapaste por la cintura y me diste el beso más lindo que jamás me habían dado, me acuerdo que me hablaste en el oído; me dijiste lo que yo nunca fui capaz de decirte "te extrañé", Nos besamos, nos unimos en nuestras pieles, todavía siento tu perfume y como me golpeaba tu respiración. Te abracé, me aferré con todas mis fuerzas, quizá tratando de que sientas lo que nunca fui capaz de decir. Sonó el despertador, y nos teníamos que ir, sin dormir. En la esquina te despedí, queriendo que no te vayas, esperando a que vuelvas al otro día...
Hoy te espero, aunque sea en un sueño, y como hace un año atrás, abrázame y besame, contra todos mis malos pronósticos, y mi desesperanza, vení.

Mudez

Creo que se me fue hasta la imaginación. No hay una palabra que no sea un corte en la piel, no hay poesía ni literatura. Estoy muerta, estoy literalmente muerta.