Y me borro

Mi piel camaleonica duele, molesta, se desgarra por el efecto bisturí de mis uñas y tus mentiras. Me desvanezco en la imagen de tu espejo con mis intentos de arrancarme de tu cuerpo gélido, sangrando a escondidas en tu placard, emparchando con lunares las pequeñas pinchaduras por donde mi luz se escapa, tapujando mis gritos con poemas verborragicos y reventados, observando como cavas mi tumba en el lado derecho de tu cama.

Se muy bien que a vos te encanta el paisaje de mi cuerpo blanco e imperfecto, de mis pechos desnudos, de mis piernas bailando en el techo y mi pelo enredado en tus ideas. También se muy bien que disfrutas de mis aullidos mudos del dolor agridulce que provocas en mi carne y veo como, perverso, sonreís mientras pisas mis pieles, esas que voy tirando por tu tierra y por tus calles; e intentas seguir los rastros de mi aroma a muerte, a rebeldía, a sexo derrochado, pero poco a poco voy quedando desnuda, débil a la invisibilidad y fuerte para tu imbecilidad. Me voy escurriendo entre tus palabras y tus cuentos de falso soñador que le canta a la revolución de las sabanas y las caricias guardadas en las cajas de zapatos. Me voy resbalando por tus manos hasta desaparecer.

Nulidad

Algo me hace sospechar que no existo, que mis silencios no son vacíos sino que es mi paisaje diario, mi realidad, mi nada.

Encantado-encantador

Entre los bosques encantados de tu mente, todo se pierde y se vuelve tan invisible. Tus ojos son cristales fantasiosos, que hacen nacer el miedo de romperlos con el fugaz viento de un beso de tus pestañas. Tu rostro, el suave mar por donde mis dedos navegan, jugando con cosquillas que hacen bailar las mariposas en mi estomago. Tus labios perfectos, la distracción de mis ojos e ideas, el juego preferido de tus nerviosos dientes, que se clavan en tu propia carne tapujando las palabras que no te animas a articular en mi oído.

Y nuevamente ese bosque encantado de lo que callas, laberinto de deseos y pensamientos drogados-floreados. Enigma que hace de la curiosidad mi mejor amiga, mi única compañia.

3:43 a.m.

Confunde-se

Acá el miedo de ser un premio consuelo

Ahi la necesidad de llenar un vacío de una ideal

Por ahí, las dudas

Mas allá, el tiempo

A nuestro alrededor, las ganas.

Entre nosotros, el mundo.

Ahogando las gotas

Nunca será fácil. No podrás saltar a la nada porque los miedos pesan, mi vida. Sabes que las caidas te dejan las marcas inborrables en la piel de tus sentimiento. Así comenzas a amar a medias, a querer en silencio, a desear a escondidas, a temer full-time, a asistir a ceremonias tortuosas entre tus pensamientos enroscados y el morbo de la suposición terrible. Y no hay marcha atrás, masoquista, masoquista como vos sola! Esquizofrenica, inventora de los fantasmas mas temibles, de las sombras mas oscuras y la soledad(gigantesca soledad).

Con rituales, comenzas a borrar la realidad y a escribir una mentira que te quede bien, ahogandote en la lluvia de tu ventana, secando tus ojos con canciones de amor/des-amor, buscando las palabras para lograr justificar lo injustificable, desviando pulsiones, fumando el humo rosa de las flores secas y el minimalismo de tu cuarto irrumpido por el estallido de cuerpos poeticos de tu cabeza.

Te asfixias, vida mía! te matas lentamente con los bordes de las hojas abriendo tus venas, derramando las tintas que te tiñen de magentas, violetas, oscuros negros y brillantes blancos. y sabes que esto es porque no es, porque eres hija de los deseos ajenos, eres fantasía de la cabeza de alguien, porque eres...porque eres?

Por hoy

Dame tu mano, dame tu alma, dame una razón para cantarte una canción de amor.

Mírame sonriendo, rob-ame un instante, llevame de viaje al infinito espacio tu interior. Apagá mi infierno, abraza-me en el viento y quita-me los miedos que oculto en mi almohada.

Y si acaso mañana no tenemos recuerdos, no me importa. Solo necesito esto, unas pocas palabras con esos besos en la nada; cursileria de bolsillo que te envuelve en la cama y me transforma y transporta.

En tardes de frio

Maldición! estoy sin pies ni cabeza, desnudo de cuerpo y alma, con las ideas alborotadas y el corazón en la boca. Me siento un idiota contando las horas, rogando a la nada que me devuelva la vida, que mi mundo camine, que de una vez muera esta incertidumbre de no saber nada de nada, ni nada de mi, ni nada de vos. Necesidad de adicto que me pone loco, me hace caminar por las paredes, perderme en rincones, preso del reloj, tus besos, tu cuerpo y mi ansiedad.

Comportamientos incoherentes y pocas ideas, tirado a en cielo buscando otro suelo, borracho de risas volando en tu ayer, soñandote en mi cama, tocando tus pechos, mordiendo tu carne, sintiendo tu sexo.

Aquí voy una vez mas, en caída libre hacia la nada, a los misterios del destino causal, a enfrentar los miedos de amar, siendo un pobre hombre con temores de mortalidad, cantando victoria en territorios imaginarios de tus sabanas.

Sin fin

Es la sombra están las ganas revolcándose con el miedo,

es el lado oscuro de la luna invitando a saltar en la noche,

son los brazos perdidos jugando en los cuerpos.

Es el sexo, la droga secreta de la cual el mundo se hace adicto

es la noche la escena mas deliciosa que los amantes ansiosos inventan a toda hora.

Es el no ser, el que cierra los ojos e inventa una vida,

corretea por los pliegues de la piel, madurando tu cuerpo como fruto prohibido.

Son las palabras, esclavas dagas que se escapan de la dialectica para amarte, matarte, hablarte.